domingo, 18 de noviembre de 2012

Hoy es el mejor día



Hoy es el mejor día

Hoy es el mejor día para  escribirte estas líneas, no podía ser ayer y tampoco mañana. Tenía que ser hoy, porque hoy te extraño un poco más que de costumbre. Me acomodo en mi sillón preferido, blandito, caliente, con mi manta sobre los muslos, no se me queden fríos, el calor de mi  perro en los pies aunque ya no esté y mi cojín precioso sujetando mi espalda rota. Me llega el aroma de la colonia que no llegaste a usar, de fondo la voz de camarón y sobre la mesa el libro que no terminaste, la foto que no pudiste ver y en medio de todo esto, tú, resguardado perfectamente en tu cajita de porcelana, tan frágil, tan recogido. 
Quería regalarte el poema más bello, con los versos más sinceros que puedan salir del corazón, que aunque ya no llora a chorros, todavía se le saltan las lágrimas al recordarte,  tal vez no te guste, porque tú no eres de versos, ni de rimas, ni de palabras de amor, pero este es diferente,  este quiere decirte, al oído, como un susurro,  todo lo que recuerdo bonito de ti y todo lo es, pero me quedo con el sonido de tus besos en mi mejilla, tu olor tan bueno, tan tuyo, la manera de querernos a todos, tan especial, tan intensa, tus lágrimas dulces en los buenos momentos y las saladas en los malos. Añoro aquellos ratos compartiendo inquietudes, tardes de risas y juegos de cartas y películas buenas, días de mucho comer y comer bien. Te quería escribir el mejor poema, pero no se me da bien. 

“Mañanas desordenadas,
de risas y juegos,
de música flamenca,
de  besos escondidos,
de goles del atléti
 y plenos en la bolera,
secuencias con libros
y con paseos nocturnos.
No hubo olas en el mar.
ni pescado fresco en aguas cantábricas,
ni el regreso de los blancos al poder
ni España campeón en el mundial.
 Un barco sin rumbo  me hiciste
papel y tinta  su  material más pesado,
navega en aguas claritas
atracando cada día en mi corazón,
cuando zarpa
se lleva un saco de sueños,
y en ese sueño
mis ganas de volver a verte”

No me apetece que las lágrimas emborronen el papel escrito, no puedo ni necesito seguir escribiendo, termino con un hasta luego y un te quiero hermano.