domingo, 12 de junio de 2016

Corazón de Atenea


Y ahí tengo mis huesos,
dormidos junto a tus recuerdos,
bronceadas mis curvas,
con la mirada cubierta por historias imperfectas.
La Diosa Atenea me desnuda cada día
y me hace dueña del templo dorado.
Mi rostro intermitente entre el sol  y el mar
ahora compuesto de sombras blancas,
graban amapolas en tu corazón.
No quiero ser causa de una incógnita de tu pasado
ni quiero ser problema de un futuro loco,
el control de todos mis actos y mis refugios
los llevo entrelazados con cuerdas de seda.
Si sonrío a Eros
tus uñas me acarician la espalda
y si es a Baco
me retiras el acorde.
Aquí,  cubierta de brisa salada,
vivo serena entre el aleteo de los Albatros
y los mensajes en las botellas,
 tú  mientras, buscas la huella en la arena
aquella que dejo la estrellita de mar.


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