domingo, 19 de noviembre de 2017

El realismo sucio



Es un movimiento literario estadounidense desarrollado sobre todo en la primera mitad del siglo XX que pretende reducir la narración a sus elementos fundamentales. Tal vez el nombre no sea el más apropiado, porque el realismo sucio no tiene que ver con una alabanza a la basura, ni del lenguaje soez, ni personajes malolientes, sino una forma de narrar historias de gente corriente, de personajes a los que no les sucede nada extraordinario con un lenguaje sencillo. Se trata de una derivación del minimalismo, utilizar los mínimos recursos para contar  historias cotidianas sin añadir apenas figuras retóricas, huyendo de las moralejas y dejando historias sin cerrar.
-Los relatos  y novelas escritos desde este modo de observar  el nudo no reflejan sucesos extraordinarios sino fragmentos de la vida idéntica a la de los propios lectores. Reflejan la verdadera historia del ser humano.
-Las  historias se cuentan con la mayor naturalidad posible. Su lenguaje es común y corriente: ni innecesariamente soez, ni impostado. La función del narrador es pasar totalmente inadvertido y comportarse como una cámara de fotos.
-Los personajes que habitan en estos relatos y novelas no son seres extraordinarios (ni buenos, ni malos) son simples y sin mucho que destacar.
-Las historias normalmente no terminan. En algún momento parece que va a a suceder algo, pero su historia se cierra sin que los conflictos cotidianos se resuelvan.
-El narrador, no juega  ni analiza, simplemente muestra, sin expresar ningún juicio de valor.
El realismo sucio no muestra las grandes pasiones desmedidas, ni sentimientos elevados sino la vida en sus peores momentos.
Son representantes del realismo sucio:
Chéjov, (1860-1904) autor ruso que dio por primera vez la voz a los personajes cotidianos simples y mediocres.
J.D. Salinger (1919-2010) “El guardián entre el centeno”
John Fante (1909-1983) “Pregúntale al polvo”
Charles Bukowski  (1920-1994) “Mujeres”
Raymond Carver (1938-1988) “De qué hablamos cuando hablamos de amor”
Richard Ford (1944) “Canadá”
Tobías Wolff (1945) “Vida de este chico”
Chuck Palahniuk (1962) “El club de la lucha”
Bret Easton Ellis  (1964) “American Psycho”